Un arresto por conducir bajo los efectos del alcohol es un caso delicado y su desarrollo puede llegar a ser agobiante. Sin embargo, con la ayuda de un abogado DUI no tiene por qué sentirse que su vida se ha arruinado y sus sueños deben morir; por el contrario, un experto en esta materia debe saber que existen defensas comunes que le podrán salvar de algunas consecuencias:
- Los síntomas no son concluyentes: los ojos rojos y llorosos, cara enrojecida, dificultad para hablar, fuerte olor a alcohol en el aliento y pasos inestables son algunas señales que pueden hacerle pensar a un policía que una persona ha consumido bebida alcohólica en exceso. Sin embargo, se aplican a otras situaciones como alergias, cansancio, miedo, frustración, etc.
- La mala conducción ocurre en conductores sobrios: no hace falta pasarse de tragos para cometer una imprudencia frente al volante. El abogado deberá evaluar las condiciones en que sucedieron los hechos, para reconocer si su defendido tomó una decisión equivocada al manejar que le hiciera cometer una falta.
- Las pruebas de sobriedad de campo (FST) no son exactas: el especialista deberá hacer énfasis en que los nervios son un factor influyente en las pruebas de coordinación y equilibrio. Asimismo, puede enfocarse en el número de cosas que hizo bien el acusado, frente a las negativas que identificó el policía.
- El alcohol presente en la boca se encuentra en altos niveles: a pesar de que los aparatos para medir el porcentaje de alcohol en el conductor recoge aire de los pulmones, los residuos de este líquido en la boca pueden afectar los resultados.
- No estaba DUI, si se encontraba mentalmente atento: el profesional puede alegar que la persona mostraba un impedimento físico que no necesariamente estaba vinculado con la bebida.
Manejar bajo los efectos del alcohol es un acto que debe evitarse siempre, porque las implicaciones que tiene pudieran llegar a ser muy graves. Lo más recomendable es conducir responsablemente y tener a mano el número de un abogado especializado en el tema.
