Las historietas están en la lista de esos productos que fascinan a grandes y chicos. ¿Quién no se ha deleitado con los increíbles y adictivos episodios de Mortadelo y Filemón? ¿Los geniales Asterix y Obelix? ¿El martirizado Hombre Araña y los demás súper héroes? La fantástica noticia es que puedes seguir disfrutándolas, porque ahora es muy fácil comprar cómics en España.
En España los llamamos tebeos, sin embargo, en otros países reciben otros nombres, pero lo importante es que nos entretienen de una manera positiva. Por definición se trata de relatos estáticos presentados en forma gráfica, a través de pequeños dibujos delimitados por cuadros que reciben el nombre de viñetas. Algunos no llevan texto.
Debido a lo delicado e interesantes que resultan estos esbozos y la facultad de trasmitir un mensaje prácticamente sin palabras, pero valiéndose de otros elementos como voces onomatopéyicas, signos de exclamación y uso de mayúsculas y minúsculas; se considera un modelo de arte alternativo, de extensa aceptación por parte de un amplio público.
La gran popularidad del cómic se asocia parcialmente a la distribución periódica y de alcance general de revistas y la prensa, en las que es usual que vengan encartadas un surtido de ellos. Este género consiguió notoriedad entre niños y adolescentes; no obstante que, un significativo grupo de las mismas está hecho para adultos.
Los años dorados de los tebeos españoles fueron las décadas del cuarenta y cincuenta, con un resurgimiento entre 1975 y 1985, aproximadamente. Siendo víctimas de la crisis al igual que muchos otros sectores de la economía; renacen en este siglo XXI, gracias a las facilidades actuales de diseño que ofrecen los ordenadores, la simplicidad de las ventas por Internet y a que los aficionados les son fieles.
En la actualidad se encuentran historietas de aventuras, humor, western, acción y aquellos que son exclusivos para mayores de edad. Aún pueden ser adquiridos en el quiosco de la esquina pero, indudablemente, es más práctico, económico y cómodo buscarlos por la web. Ya sea que se lean en una pantalla o se envíen al domicilio de quienes por tradición prefieren tener la versión tangible.