Desinflamar uñas enterradas puede ser un procedimiento bastante delicado dependiendo de cuánto tiempo has dejado pasar antes de visitar a un especialista que atienda esta molestia. Solemos prestar poca atención al crecimiento de nuestras uñas, pues como se pueden cortar o limar, cualquier cosa se puede remediar en cuestión de minutos y en casa, pero veremos que a veces no es tan sencillo como pensamos.

Entre los principales síntomas de una uña enterrada, está el dolor que normalmente se siente en el roce con el calzado y también cuando se afinca el dedo involucrado contra el suelo. Como expusimos antes, la intensidad de esta molestia va a ser mayor o menor en la medida que se ha dejado pasar tiempo sin tratar el problema.

Ya sea por el tipo de pisada que tiene cada persona o incluso el tipo de zapatos que usa, los lados de las uñas suelen desarrollar callosidades que la recubren y obstruyen su canal natural. Es la razón por la que la molestia comienza y hasta puede infectarse si no es atendida con el paso de los días.

Un síntoma que indica un avance importante de la afección es el desarrollo de carnosidades alrededor del canal natural de la uña, es indicativo de que se ha infectado y que la atención ya no puede esperar más. Es un grave error intentar atender tanto este grado de daño como el descrito en el párrafo anterior, pues ello podría decantar en un verdadero problema difícil de solucionar hasta por los más expertos.

Los cuidados básicos

Sobre todo a las mujeres les encanta lucir manos y pies impecables y para ello acuden a los salones de belleza a arreglarse en este aspecto. Los que muchas no advierten es la experticia con que son atendidas en estos lugares, pues aunque las cutículas son efectivamente cortadas, no siempre los lados de las uñas reciben la mejor atención para evitar que se encarnen.

Vale la pena tener a la mano un lugar especializado donde los pies puedan recibir una excelente atención, la estética puede esperar mientras que la salud se mantenga al día. Poder usar nuestro calzado abierto o cerrado sin temor a mostrar nuestros pies, es todo un privilegio.